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Dr. Arturo Mahiques

Definición

El antepié se desvía en dirección medial en el plano transversal, con un cierto grado de posición en varo en el plano frontal (los metatarsianos están en aducción y además tienen un cierto grado de inversión y una ligera supinación). La planta del pie tiene forma de riñón con un pliegue plantar medial. El dedo gordo está desviado hacia adentro, pero el antepié no está realmente deformado. El talón es normal, quizás con un cierto valgo y nunca está en equino. Esta negatividad es esencial para diferenciarla del pie zambo equinovaro.

Etiología

Esta deformidad se debe a la posición del pie y la tibia del feto en el interior del útero, aunque algunos han especulado que es el resultado de un desequilibrio muscular, condicionado por factores genéticos. En la mitad de los casos se observa una deformidad bilateral.

Frecuencia

El metatarso aducto es una deformidad frecuente del pie que aparece en uno de cada 1.000 nacidos vivos. La mitad de los niños afectados presentan una deformidad bilateral. En general, la curación espontánea de la deformidad ocurre entre un 85% y un 90% de los casos. Esto conlleva a que un 10% o un 15% de la totalidad de los enfermos presenten una deformidad residual significativa si no se realiza un tratamiento adecuado.

Exploración clínica

La apariencia clínica del pie es la de una C de borde lateral, que hace prominencia a nivel de la base del quinto metatarsiano.

En condiciones normales, la bisectriz del calcáneo pasa entre el segundo y el tercer dedos. En la exploración clínica, la línea bisectriz del calcáneo pasa a través del tercer dedo cuando la deformidad es leve, entre el tercero y el cuarto cuando la deformidad es moderada, y entre el cuarto y el quinto cuando la deformidad es grave.

Debe valorarse la flexibilidad del antepié, haciendo constar si es posible la corrección completa de la deformidad tras aplicar una fuerza en abducción, utilizando la base del quinto metatarsiano como fulcro.

La existencia de un pliegue medial profundo sugiere la presencia de una deformidad moderada que requiere algún tipo de tratamiento.

Entre otras deformidades asociadas se encuentra la displasia del desarrollo de la cadera. Es obligatorio buscarla ante todo pie con metatarso aducto.

Esta deformidad se diferencia del pie zambo fundamentalmente en que no existe una desviación en equinovaro del retropié que impida la dorsiflexión completa.

Tipos

El metatarso aducto se ha dividido en cuatro tipos sobre la base la relación de los alineamientos del antepié, mediopié y retropié. Estos tipos son:

  • Metatarso aducto simple.
  • Metatarso aducto complejo con deformidad lateral del mediopié.
  • «Pie en serpentina», en el que el metatarso aducto se asocia a una deformidad en valgo del retropié.
  • «Deformidad en serpentina» compleja, en la que el metatarso aducto y el retropié en valgo se asocian a una deformidad lateral del mediopié.
Tipos de metatarso aducto

Estudio radiográfico

No se necesitan radiografías de forma rutinaria para valorar el metatarso aducto; sin embargo, las radiografías están indicadas para valorar la alineación ósea de los pies que han requerido una corrección mediante yesos o en niños mayores que tienen una deformidad rígida. Además, es necesario efectuar radiografías en el pie aducto con un primer metatarsiano corto para descartar la presencia de una malformación congénita como la «epífisis en paréntesis».

Tratamiento

Los criterios habituales que justifican el tratamiento son dos:

  • Una deformidad anormal del pie con un pliegue cutáneo marcado en la cara medial.
  • La existencia de una rigidez suficiente que impida la hipercorrección por manipulación.

La corrección más efectiva debe empezar durante los primeros 8 meses de vida. La familia debe estar implicada. Evitar hipertratamientos que pueden conducir a yatrogenia en una enfermedad benigna. El metatarso aducto corregible de forma pasiva se resuelve espontáneamente en un 85 % de los casos.

Consideraciones generales:

  • Tener presente que los cartílagos son más blandos que los ligamentos retraídos.
  • Diferenciar los metatarsos varos reductibles de los rígidos.
  • No forzar la reducción. Dejarse llevar por la reductibilidad.
  • Empezar el tratamiento antes del primer año si es posible.

Pasos del tratamiento:

  • Si la deformidad se corrige pasivamente, puede enseñarse a los padres ejercicios de estiramiento y recomendar el uso de zapatos de horma recta. Las manipulaciones consisten en sujetar el retropié y realizar movimientos de abducción del antepié. Evitar que el niño duerma boca abajo. Este tratamiento corrige el 80-85% de los casos.
  • En casos más rígidos o resistentes, pueden usarse yesos, férulas nocturnas, calzado antivaro o barra de Denis Browne, especialmente si hay torsión tibial interna. El tratamiento con yeso debe iniciarse antes de los 8 meses. Después pueden usarse zapatos rectos o férulas. En algunos casos puede realizarse sección del tendón del aductor del primer dedo. El yeso es ineficaz a partir de los 2 años.

Puede observarse una discreta recidiva tras tratamiento conservador, resolviéndose entre los 2 y 4 años. Si persiste, puede producir marcha con pies hacia adentro. La cirugía está indicada solo si fracasa el tratamiento conservador, especialmente en niños mayores de 5 años con deformidad sintomática grave. Se emplean osteotomías metatarsianas o liberaciones de partes blandas (entre 1-3 años) según el caso.