Clínica de Traumatología y Ortopedia
Dr. Arturo Mahiques

Artrosis (Artropatía degenerativa)

viñeta Introducción
viñeta El cartílago articular
viñeta Definición de artrosis
viñeta Clasificación
viñeta Causas
viñeta Patogenia
viñeta Factores de riesgo
viñeta Anatomía patológica
viñeta Clínica
viñeta Signos radilógicos
viñeta Evolución
viñeta Formas clínicas
viñeta Tratamiento

INTRODUCCIÓN

La artrosis (osteoartritis, enfermedad degenerativa de las articulaciones) es la afección degenerativa de las superficies sinoviales. El proceso se inicia en el cartílago hialino, el cual recubre las articulaciones diartrodiales, afectándose secundariamente las otras estructuras articulares.

La artrosis, el trastorno articular más frecuente, afecta en algún grado a muchas personas alrededor de los 70 años de edad, tanto varones como mujeres. Sin embargo, la enfermedad tiende a desarrollarse en los varones a una edad más temprana. La artrosis también puede aparecer en casi todos los vertebrados, incluyendo peces, anfibios y aves. Los animales acuáticos como los delfines y las ballenas pueden padecer artrosis, sin embargo, ésta no afecta a ninguno de los dos tipos de animales que permanecen colgados con la cabeza hacia abajo, los murciélagos y los perezosos. La enfermedad está tan ampliamente difundida en el reino animal que algunos médicos piensan que puede haber evolucionado a partir de un antiguo método de reparación del cartílago.

Por otra parte, la asociación entre edad y artrosis puede dar la impresión de que la primera es el resultado del envejecimiento del cartílago. La incidencia de la artrosis pasa de 2% a los 45 años a 68% después de los 65. Además, existen cambios relacionados con la edad en la composición del cartílago normal y de las propiedades biomateriales de este tejido, del mismo modo que el condorcito senil parece ser menos capaz de mantener normal la matriz extra-celular. Pero si la artrosis fuese la consecuencia del envejecimiento, todo el mundo sería artrósico en un momento determinado, y esto no es así. Los cambios que el cartílago experimenta con el paso de los años no conducen necesariamente a la artrosis; estos cambios son fisiológicos en edades avanzadas. Aunque la artrosis es más frecuente en personas de edad, su causa no es el simple deterioro que conlleva el envejecimiento. La mayoría de los afectados por esta enfermedad, especialmente los más jóvenes, presentan pocos síntomas o ninguno; sin embargo, algunas personas mayores desarrollan discapacidades significativas. La artrosis, por tanto, no es la simple consecuencia del envejecimiento pero es posible que las alteraciones del cartílago senil favorezcan o sean un prerrequisito para el desarrollo de ciertas artrosis.

La historia natural de la artrosis revela que es una enfermedad poco clara, ya que puede permanecer muda y estática, que trasformarse en evolutiva y agresiva. Las imágenes radiográficas no pueden predecir el curso de la enfermedad.

EL CARTÍLAGO ARTICULAR

El cartílago está formado por una abundante matriz extracelular en la cuál los condrocitos se ubican en espacios llamados lagunas.

Son los condrocitos los que sintetizan y secretan los componentes orgánicos de la matriz extracelular que, básicamente son colágeno, ácido hialurónico. proteoglicanos y glicoproteínas.

Según las características de la matriz el cartílago puede ser: hialino y fibroso. Además existe el cartílago elástico en el cuál la elastina forma parte de la matriz extracelular.

Los vasos sanguíneos no penetran a la matriz cartilaginosa y los condrocitos se nutren con material que difunde desde de los capilares sanguíneos del tejido conjuntivo adyacente.

Cada placa o lámina de tejido cartilaginoso está rodeada por el pericondrio. El pericondrio es una membrana de tejido conjuntivo fibroso, denso que cubre la superficie del cartílago y en la que se distingue una capa externa fibrosa y una capa interna celular en la cual se ubican las células que pueden dar origen a los condroblastos, que son los precursores de los condrocitos y que difieren de ellos solo en su edad y en su mayor actividad en la síntesis de componentes de la matriz intercelular cartilaginosa.

Este tejido es único: no posee inervación, vasos sanguíneos, linfáticos ni membrana basal. Las células del cartílago, condrocitos, se nutren por difusión desde el hueso subcondral y más importante, a través del fluido sinovial.

Las propiedades biomecánicas tan especiales del cartílago dependen de la matriz extracelular.

Los principales componentes del cartílago son:

DEFINICIÓN

La artrosis se podría definir como un síndrome clínico-radiológico y de laboratorio consistente en:

CLASIFICACIÓN

La artrosis es un proceso bioquímico que tiene más de intento reparador que de degenerativo, siendo el mecanismo final a diversos factores: sexo, obesidad, edad, así como sistémicos, genéticos, traumáticos, metabólicos, infecciosos y esenciales entre otros.

Clásicamente la artrosis se ha clasificado en:

CASIFICACIÓN DE LA ARTROSIS

viñeta

Primaria o idiopática

viñeta Localizada
viñeta Manos: nódulos de Heberden y de Bouchard, artrosis erosiva interfalángica, rizartrosis del pulgar.
viñeta Pies: hallux valgus, hallux rígidus, artrosis talonavicular.
viñeta Rodilla: compartimentos femorotibial externo e interno, y fémoro-rotuliano.
viñeta Cadera: excéntrica (superior), concéntrica (medial), difusa (coxa senilis).
viñeta Raquis: interapofisaria, disco-vertebral, espondilosis (osteofitosis), ligamentosa (hiperostosis anquilosante vertebral).
viñeta  Otras localizaciones: hombro, acromioclavicular, etc.
viñeta Generalizada (3 o más de las siguientes)
viñeta Pequeñas articulaciones periféricas y del raquis
viñeta Grandes articulaciones centrales y raquis
viñeta Mixta
 
viñeta Secundaria
viñeta Postraumática
viñeta Congénita
viñeta Localizada
viñeta Cadera: luxación, displasias, enfermedad de Perthes, epifisiolisis.
viñeta Factores mecánicos y locales: valgo, varo, disimetrías, hipermovilidad, escoliosis, obesidad.
viñeta Generalizada
viñeta Displasias óseas: poliepifisaria, espondiloepifisaria .
viñeta Enfermedades metabólicas: hemocromatosis, ocronosis
viñeta Artropatías por deposición de cristales cálcicos
viñeta Pirofosfato de calcio
viñeta Fosfato básico de calcio (apatita)
viñeta Artropatía destructiva de rodilla y cadera
viñeta Otras enfermedades articulares: necrosis avascular, gota, artritis reumatoide, seronegativas y sépticas, E. de Paget, meniscectomía, hemofilia, rotura del tendón supraespinoso
viñeta Otras enfermedades: endocrinas (diabetes, acromegalia, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo), neurológi-cas (siringomielia, tabes) lepra, enfermedad de Kashin-Beck y Mseleni...
 

CAUSAS

El aspecto más evidente por lo que se refiere a la artrosis es que su frecuencia aumenta con la edad. Esto no significa que sea una expresión de vejez; muestra simplemente que la artrosis requiere muchos años para su desarrollo. En realidad, tiene lugar el envejecimiento del cartílago, lo que conduce a disociación y laminación de su superficie, disminución de la celularidad, reducción de la sustancia fundamental de proteoglicanos y pérdida de la elasticidad, con la consiguiente disminución en la resistencia a la rotura.

Pero, si bien estas alteraciones son cualitativamente similares a las de la artrosis, difieren de ellas en dos aspectos importantes: no son progresivas y se producen en áreas que rara vez se manifiestan como artrosis clínica.

Distinguimos, por consiguiente, dos tipos de degeneración del cartílago: a) pérdida limitada del cartílago, que se observa principalmente fuera de las áreas de carga y obedece con toda probabilidad al «uso y desgaste», y b) destrucción progresiva del cartílago, que es siempre máxima en el área principal de carga y se asocia con la artrosis sintomática.

No existe una sola causa de artrosis; es el resultado de una disparidad entre la carga o tensión aplicada al cartílago articular y la capacidad del cartílago para sufrir esta carga. Esto puede obedecer a un aumento de la carga, a debilitamiento del cartílago o a hueso subcondral defectuoso.

Aumento de la carga. La carga es el peso por unidad de área. Puede aumentar a consecuencia de un mayor peso (p. ej., en las deformidades que afectan el sistema de palanca alrededor de una articulación) o a causa de la disminución del área de contacto (p. ej., por incongruencia o inestabilidad articular). Ambos factores actúan en la deformidad vara de la rodilla, que es la precursora común de la artrosis.

Debilidad del cartílago. Con la edad existe normalmente una pérdida de la resistencia a la tensión en el cartílago; a esto se añade cualquier trastorno que ocasione rigidez del cartílago, contribuya a hacerlo menos resistente (p. ej., ocronosis) o lo reblandezca (p. ej., inflamación crónica), y puede aparecer destrucción progresiva. Como causa de artrosis se ha considerado la deposición de cristales. La artrosis poliarticular y la artritis de Heberden obedecen con mayor probabilidad a un defecto generalizado del cartílago que a una disfunción mecánica. Las displasias óseas generalizadas tienden también a producir artrosis en más de una articulación.

Sostén articular defectuoso. El hueso subcondral puede ser anormalmente frágil (p. ej., en la osteonecrosis) y proporciona un sostén inadecuado al cartílago articular o bien es anormalmente denso (p. ej., después de consolidación de una fractura) y de esta manera absorbe defectuosamente el choque representado por la carga.

PATOGENIA

El cartílago articular se ha especializado para proveer una superficie suave, de baja fricción y muy resistente a las fuerzas de compresión que son inherentes a las articulaciones artrodiales. Las relaciones fisiológicas de las características estructurales individuales de los proteoglicanos y colágeno en una única matriz extracelular aumentan la capacidad del cartílago articular de funcionar adecuadamente.

CAMBIOS FISIOLÓGICOS RELACIONADOS CON LA EDAD

Con la edad existe un descenso de la hidratación del colágeno y de la concentración de glucosaminoglicanos especialmente del condroitín sulfato y del tamaño de proteoglicanos. Aunque el total de la concentración de glucosaminoglicanos puede no variar mucho con el incremento de la edad la proporción de Keratán sulfato y Condroitín sulfato se incrementa. Con respecto al condroitín sulfato se demuestra también que el componente 4-sulfatado decrece mientras que el componente 6-sulfatado aumenta. La alteración en la composición y tamaño de los proteoglicanos aparece como resultando de divisiones proteolíticas que aparecen en todas las edades y no sólo durante el crecimiento y maduración. Las proteínas de enlace también se hallan sujetas a divisiones proteolíticas, según la edad avanza, esto provoca la desestabilización del componente proteoglicano de la matriz extracelular. El resultado de estos cambios relacionados con la edad del cartílago articular dará lugar a una matriz con capacidad reducida para soportar las fuerzas asociadas al funcionamiento normal de la articulación.

CAMBIOS ASOCIADOS A LESIONES O ENFERMEDAD ARTICULAR

En este caso se altera la matriz extracelular y secundariamente se provoca un daño en los condrocitos.

Las tres lesiones típicas del cartílago articular son:

Daño microscópico (lesiones contusas). Por un lado se puede causar un daño microscópico por un impacto simple o repetitivo. Esto provocar un pérdida de los componentes de la matriz, la mayoría proteoglicanos sin daño a los condrocitos. Si el daño es de corta duración, los condrocitos pueden ser capaces de reparar el cartílago restaurando los proteoglicanos y los componentes de la matriz. El daño consecutivo a una lesión repetitiva, puede ser irreversible.

Fracturas de cartílago. Las fracturas condrales resultan de la penetración traumática que altera la superficie articular por lesión de la placa subcondral. La respuesta fisiopatológica resulta en una proliferación de condrocitos y síntesis de la proteína de la matriz extracelular. Como los condrocitos no pueden migrar a la lesión, los esfuerzos no resultan en una reparación completa.

Fracturas osteocondrales. Estas lesiones se caracterizan por un insulto que cruza la línea en el hueso basal, apareciendo daño en condrocitos y afectación de células de la médula. En la fractura osteocondral a diferencia de aquélla limitada al cartílago se evidencia hemorragia y formación de coágulo de fibrina que activa la respuesta inflamatoria alterando el líquido sinovial. La reacción inflamatoria y el coágulo de fibrina se extienden sobre la superficie articular dependiendo de la lesión, las plaquetas que participan de esta reacción liberan factores mediadores vasoactivos y factores de crecimiento o citoquinas que son proteínas que influencian múltiples funciones celulares. Dado que también hay compromiso óseo, la matriz extracelular a este nivel también participa, con múltiples factores de crecimiento que contribuyen de manera importante en la curación, estimulando la invasión vascular y la migración de células indiferenciadas que evolucionarán a condrocitos con todas sus capacidades funcionales. Los fibroblastos actúan como los condrocitos e inician la reparación del tejido, pero el tejido fibrocartilaginoso producido no es un cartílago articular normal. Después de diversas fases de remodelación, el tejido de reparación tiene un menor contenido en proteoglicanos y una sustancia fundamental de tipo I de colágeno más que de tipo II. Por lo tanto, la reparación resultante es a menudo de subóptima cualidad y resultando en una función articular comprometida.

CAMBIOS ASOCIADOS CON ARTROSIS

La artrosis se define como una enfermedad articular degenerativa no inflamatoria caracterizada por degeneración del cartílago articular, hipertrofia del hueso en sus márgenes y cambios en la membrana sinovial. A diferencia de la artritis en que el daño empieza en la membrana sinovial y secundariamente se afecta el cartílago.

Lo característico de la artrosis es la aparición de áreas focales de daño a la integridad del cartílago con fibrilación y pérdida de volumen de éste. Factores mecánicos determinan en gran parte el sitio y gravedad de las lesiones.

Las lesiones artrósicas se inician en el cartílago, en las zonas de mayor contacto, apareciendo áreas focales de daño a su integridad, causando fisuras superficiales que se van aumentando en profundidad; progresivamente avanza la destrucción focal del cartílago pudiendo llegar a exponer el hueso subcondral. Inicialmente aparece una pérdida gradual de los componentes de la matriz, en especial pérdida de los proteoglicanos, aunque la integridad de la red de colágeno también parece alterarse. En etapas tardías las fibras de colágeno también se destruyen. Los cambios precoces no son uniformes, hay áreas en las que predomina la pérdida de la matriz pericelular y en otras la intercelular. Histológicamente esto es traduce en pérdida de las propiedades tintoriales de los proteoglicanos, fibrilación de la capa superficial del cartílago y la agrupación de los condrocitos en clones. Las células son metabólicamente muy activas en esta etapa, proliferan y aumentan la producción de componentes de la matriz pero cualitativamente los proteoglicanos sintetizados tiene una composición anormal y son sensible a las proteasas e hidrolasas que también produce en exceso el condrocito en la artrosis.. En etapas tardías hay destrucción de la red de colágeno, pérdida de todos los componentes de la matriz, exposición del hueso subyacente y muerte celular.

Normalmente, el turnover de la matriz extracelular es relativamente bajo y los condrocitos son capaces de sintetizar los proteoglicanos, colágeno, fibronectinas y otros componentes necesarios para mantener la homeostasis e integridad articular. Cuando un traumatismo crónico o una enfermedad altera su homeostasis, el cartílago articular puede tener una progresiva degeneración y resultando al final en una artrosis. Este es el equilibrio entre síntesis y degradación de los componentes de la matriz que sostienen la progresión del daño del cartílago articular y promueven la artrosis.

A la vez que aparece una respuesta de síntesis incrementada de condrocitos se observa una degradación de la matriz. La destrucción de la matriz es mediada por incremento de varias proteinasas, especialmente las metaloproteinasas (colagenasa, gelatinasa, estromelisina) y las cisteína-proteinasas (catepsinas). La actividad enzimática se regula por la presencia de un inhibidor tisular natural de las metaloproteinasas, la TIMP (6-tionosina monofosfato). La actividad de las enzimas está controlada por secreción de proenzimas, que necesitan ser activadas por factores como la plasmina y por la cosecreción del TIMP, que forman complejos que inactivan la proteinasa. El balance de estos factores, controlado por el condrocito, es la vía final común que está comprometida en la destrucción del cartílago. Los condrocitos son dependientes del ambiente químico y mecánico, respondiendo a hormonas sistémicas (estrógenos) y a hormonas locales o citoquinas. Los factores de crecimiento, como el TGF-β (transforming growth factor beta) y citoquinas como la interleuquina 1 (IL-1) y el factor de necrosis tumoral (TNF), que derivan del cartílago o del hueso subcondral, son investigados como potenciales controladores de la degradación del cartílago en la artrosis, ya que estimulan a los condrocitos para sintetizar metaloproteinasas y proteínas séricas, ya que se ha visto que también sirven para frenar la biosíntesis proteica de los condrocitos. Ambas, la IL-1 y la TNF-β pueden causar substancial pérdida de matriz molecular presumiblemente por degradación proteolítica. La presencia de fragmentos de fibronectina y posiblemente de otros péptidos aumenta la actividad catabólica y los niveles de citoquinas. La IL-1 también estimula los condrocitos y las células sinoviales para liberar metabolitos del ácido araquidónico tales como PGE, leukotrieno B4, tromboxano. La inflamación de la sinovial se presenta en la artrosis establecida, aunque la respuesta inflamatoria es considerablemente menor que la que se podría esperar en otras enfermedades articulares.. Estos factores alteran la actividad de síntesis del condrocito y aumentan la producción de proteinasas. En etapas tardías el daño depende directamente de proteinasas presentes en líquido sinovial.

Desafortunadamente, los proteoglicanos sintetizados recientemente tienen una composición anormal. En un cartílago artrósico reciente la concentración de keratán sulfato está disminuida la longitud de la cadena del condroitín sulfato se halla reducida y el ratio de condroitín 4 sulfato a condroitín 6 sulfato está incrementado de subunidades de proteoglicanos sintetizadas recientemente no demuestran agregación normal de ácido hialurónico.

Uno de los cambios tempranos observados en modelos experimentales de artrosis fue el incremento de la hidratación (2-3%) en la cartílago articular. Esta hidratación aparece como el resultado de la división del tipo II de colágeno por colagenasa. La red de colágeno funcional se rompe, permitiendo a los proteoglicanos tener cantidades incrementadas de agua, resultando en una inflamación del cartílago descrito en la artrosis temprana.

En la evolución de la artrosis, la necrosis de los condrocitos llega a ser evidente; la síntesis de la matriz extracelular cesa, mientras la actividad degradativa permanece elevada. La red de colágeno llega a desorganizarse y desintegrarse. El contenido de diversos compuestos extracelulares incluyendo colágeno y proteoglicanos se reduce progresivamente. La eliminación de los proteoglicanos funcionales de la matriz extracelular da lugar a un descenso del contenido de agua del cartílago y a una subsiguiente pérdida de las propiedades biomecánicas, tales como resistencia y elasticidad. Como resultado, los condrocitos son sometidos a traumatismos y estrés mecánico, lo que acelera el proceso artrósico.

En las fase finales, la superficie lisa y regular del cartílago se vuelve áspera y agujereada, impidiendo que la articulación pueda moverse con facilidad. Se produce una alteración de la articulación por el deterioro de todos sus componentes, es decir, el hueso, la cápsula articular, la membrana sinovial, los tendones y el cartílago.

Las demás estructuras articulares se alteran secundariamente. El hueso subcondral responde a la agresión proliferando (esclerosis subcondral) y formando excrecencias en los márgenes de la articulación (osteofitos). En ciertos casos de lesiones cartilaginosas profundas, puede surgir un proceso reparador del hueso subcondral formando un neocartílago que rellena la zona de cartílago destruida. En ciertos momentos puede existir una moderada sinovitis reactiva a la fagocitosis de los detritus cartilaginosos resultantes de la degradación artrósica o precipitación secundaria de micro-cristales cálcicos.
Las artrosis se dividen en idiopáticas - de causa desconocida - y secundarias - de causa conocida (Tabla). En la artrosis idiopática han sido identificados algunos factores que contribuyen en la etiopatogenia de la enfermedad. La edad es el más fuertemente asociado a la artrosis, pero ya hemos visto que esto requiere matizaciones. Los nódulos de Heberden se heredan de manera autosómica dominante en la mujer y recesiva en el varón; en la artrosis generalizada la influencia genética es también muy marcada. La artrosis de manos y rodillas es más frecuente en las mujeres, mientras que la coxartrosis predomina en los varones. La obesidad, o bien otros factores asociados a ella, contribuye a la gonartrosis. Las hormonas sexuales, quizás un aumento relativo de los estrógenos, parecen implicadas en algunos tipos de artrosis humana y experimental. Quizás relacionado con lo anterior es la comprobada correlación negativa entre osteoporosis y artrosis. Los microtraumatismos repetidos favorecen la aparición o una más rápida progresión, aunque parece indispensable la suma de otros factores. Es posible que sutiles alteraciones anatómicas sean capacees de originar una artrosis (que entonces no sería idiopática), e incluso hay algunos argumentos en favor de la coparticipación en la génesis de la degradación cartilaginosa de mecanismos inmunológicos como respuesta a la presencia de proteínas de la matriz cartilaginosa en la cavidad sinovial y no reconocidas como propias, dada la naturaleza avascular del cartílago.

De las causas de artrosis secundaria que figuran en la tabla, algunas pueden actuar conjuntamente. Por ejemplo, la meniscectomía total predispone a la aparición de una artrosis compartimental de rodilla, pero el riesgo es más alto en aquéllos que tienen nódulos de Heberden. Un subgrupo de pacientes con condrocalcinosis desarrollaron una artrosis bastante agresiva, con localizaciones poco habituales (muñeca, metacarpofalángicas), con osteofitos y quistes subcondrales prominentes y mayor potencial destructivo. La presencia de cristales de hidroxiapatita en el cartílago se asocia a artrosis destructiva o a agudizaciones de tipo inflamatorio. En conclusión, la diversidad de los factores etiológicos sugiere que la artrosis es un proceso heterogéneo, con diferentes formas de inicio que alteran la integridad del cartílago y secundariamente a las demás estructuras articulares.

FACTORES DE RIESGO

Factores de riesgo asociados con artrosis generales

Riesgo fuerte positivo

viñeta

Aumento de la edad

viñeta

Historia familiar positiva

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Obesidad

Riesgo débil positivo

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Menopausia precoz

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Post ooforectomía

viñeta

Diabetes

viñeta

Hipertensión

Riesgo negativo

viñeta

Osteoporosis

viñeta

Tabaco

Locales

viñeta

Inestabilidad articular / hipermovilidad

viñeta

Forma articular anormal (congénita o adquirida)

viñeta

Trauma

viñeta

Actividades físicas especiales

ANATOMÍA PATOLÓGICA

El dato, más significativo de degeneración artrósica del cartílago articular, lo constituye la pérdida de su característico brillo azulado y lisura para tornarse de un color amarillento y felpudo, con menor consistencia y firmeza.

Macroscópicamente depende de la fase en que se encuentre la artrosis:

  • Fase I: CARTÍLAGO SANO

  • Fase II: FIBRILACIÓN: Esta fase marca el inicio del desgaste del cartílago.

  • Fase III: FISURACIÓN: Degradación más profunda del cartílago. Presencia de fisuras pronunciadas en el mismo.

  • Fase IV: ULCERACIÓN: Aparición del hueso subcondral en la superficie articular, debido a la desaparición total del cartílago.

Microscópicamente se observa:

  • Disminución de la sustancia fundamental del cartílago.

  • Aumento de la celularidad del cartílago articular, inicialmente.

  • Autodegradación irreversible por acción enzimática.

Cartílago articular. La anormalidad más temprana es un aumento en el contenido de agua del cartílago, a continuación se produce la desintegración de las grandes moléculas de condromucoproteínas y pérdida de proteoglicanos. Estos aspectos pueden atribuirse a la insuficiencia por fatiga de la red del colágeno. A medida que el cartílago se i vuelve edematoso y blando, la lesión secundaria de los condrocitos puede ser causa de sucesiva desintegración de la matriz debida a la liberación de enzimas celulares. La progresiva deformación del cartílago añade una ulterior sobrecarga a la red del colágeno. Los primeros signos visibles son el reblandecimiento y disociación de la superficie del cartílago. Gradualmente, las hendiduras llegan a ser más acentuadas, hasta que se produce el desgaste evidente o fibrilación del cartílago normalmente liso y deslizante. Las alteraciones tempranas se describen a veces como condromalacia y, si bien no son reversibles, no avanzan necesariamente hasta la destrucción articular completa. Existen incluso pruebas de intentos de reparación en la formación de acumulaciones de condrocitos en el cartílago vaciado de su matriz, y algunos autores afirman que, con ocasión de la insuficiencia del cartílago, aumenta la síntesis de proteoglicanos.

Hueso. Hay aumento en la vascularidad y en la actividad del hueso subcondral con áreas de esclerosis y áreas de quistes (quistes subcondrales en las áreas epifisarias de sobrecarga.) o poróticas. El hueso subarticular reacciona en forma de engrosamiento al aumento de la sobrecarga y en la radiografía se manifiesta en forma de esclerosis en el segmento sobrecargado. Las fisuras en la placa ósea subcondral permiten la transmisión de la presión al hueso esponjoso, lo que conduce a la formación de quistes. La desintegración progresiva del cartílago puede conducir eventualmente a la abrasión de la superficie y a la denudación completa del hueso en las áreas de sobrecarga máxima.

Borde o margen articular: A medida que aumenta la inestabilidad, el cartílago intacto en las áreas desprovistas de carga prolifera y se osifica, produciendo excrecencias óseas (osteofitos). También aparecen crecimientos de cartílago (condrofitos). Este proceso de «remodelación» restaura en cierta medida la congruencia de las superficies articulares con malposición progresiva. Por tanto, el aspecto final está determinado por el equilibrio entre pérdida de cartílago, fragmentación del hueso, esclerosis trabecular y remodelación osteofítica, o sea, equilibrio entre destrucción y reparación.

Cuerpos libres intraarticulares, que pueden ser elementos cartilaginosos, osteocartilaginosos u osteofitos rotos, recubiertos de cartílago hialino.

Membrana y cápsulas sinoviales. Por regla general existe cierto grado de inflamación en la artrosis; en ocasiones, la inflamación precede a la lesión del cartílago, pero habitualmente es el resultado de la deposición de restos de cartílago y hueso en la cavidad sinovial. Las partículas penetran entonces hasta las capas subsinoviales y la fibrosis resultante puede extenderse a la cápsula, que llega a engrosarse y se convierte en inelástica; a medida que madura el tejido fibroso, se retrae y limita de esta manera el movimiento.

Tejido periarticular: se encuentran tendonitis o bursitis acompañando a la artrosis tal vez por la sobrecarga mecánica de la articulación. La pérdida de la masa muscular es importante y determina incapacidad o invalidez.

Hidrartros. Es decir, aumento del líquido sinovial que aparece amarillento y viscoso.

CLÍNICA

Síntomas

  • Dolor. Es la manifestación más típica. Está relacionado con el movimientos se agudiza con su iniciación y se calma en el curso del mismo para volver a aparecer al cabo del tiempo. Es el llamado "ritmo artrósico del dolor. El dolor temprano se alivia con el reposo, pero con el tiempo el alivio se consigue más lentamente. El dolor puede tener tres orígenes distintos: capsular (por acción de fuerzas extremas), muscular (después de ejercicio) y venoso (dolor en reposo).

  • Rigidez. Provoca limitación de la movilidad de la articulación y de la capacidad funcional del miembro. La rigidez de puesta en marcha dura solo unos minutos y reaparece después del reposo prolongado. Con la evolución de la artrosis se hace constante y progresiva.
    Deformidad de la articulación, en ocasiones y en algunas localizaciones. Generalmente precede al comienzo de la artrosis( genu varo), pero puede ser también el resultado de un desequilibrio muscular, contractura capsular o inestabilidad articular.

  • Crepitación y ruidos articulares, que traducen la pérdida la lisura del cartílago.

  • Tumefacción. En las articulaciones periféricas puede observarse un derrame articular, engrosamiento sinovial o capsular u osteofitos.
    Dato importante es la ausencia da fenómenos infecciosos, locales o generales.

Signos

  • Atrofia muscular. En los casos evolucionados.
    Palpación dolorosa.

  • Movilidad limitada, pero con frecuencia es indolora excepto en posiciones forzadas.

  • Crepitación.

  • Inestabilidad articular en fase tardía por pérdida de cartílago y hueso, contractura capsular asimétrica y debilidad muscular.

  • Tumefacción por engrosamiento sinovial o por derrame.

SIGNOS RADIOLÓGICOS

Los signos radiológicos cardinales son:

  • Disminución de la interlínea articular, como reflejo de la pérdida del cartílago;

  • Osteofitos en los márgenes de la articulación, que no son sino el resultado de la proliferación reactiva del hueso subcondral a la destrucción cartilaginosa; están recubiertos de fibrocartílago;

  • Esclerosis del hueso subcondral, y

  • En ciertas localizaciones (cadera), presencia de geodas o quistes subcondrales que se originan a consecuencia de la hiperpresión intraarticular que escapa a través de pequeñas fallas de la cortical. Como signo negativo, no hay osteoporosis regional.

En estadios tempranos, la radiografía puede ser normal. En las artrosis avanzadas son comunes grandes deformidades y subluxaciones. Recordaremos que en sujetos asintomáticos la radiografía puede dar signos radiológicos de artrosis, en particular osteofitos, y que más del 40% de los que tienen signos radiológicos de artrosis no tienen clínica.

En ocasiones, las radiografías sucesivas muestran una destrucción ósea rápida e importante. Esto ocurre , particularmente en pacientes a quienes se les ha administrado grandes cantidades de analgésicos y antiinflamatorios y que continúan con una actividad vigorosa.

Basándose en las radiografías anteroposteriores de la rodilla con carga Archibeck ha clasificado la artrosis en 5 estadios:

  • Estadio I. Interlínea articular disminuida en altura al 50 % en el compartimiento afectado (habitualmente interno); normal en el opuesto.

  • Estadio II. Desaparición completa de la interlínea del lado afectado, rodilla inestable; compartimiento opuesto indemne.

  • Estadio III. Usura ósea inferior a 5 mm; rodilla más inestable y comienza a lesionarse el cóndilo femoral opuesto por acción de la espina tibial.
    Estadio IV. Usura ósea mayor, entre 5 mm y 1 cm; afectación notable del compartimiento contralateral.

  • Estadio V. Usura ósea superior a 1 cm; subluxación lateral de la tibia y lesión femorotibial global, que normalmente se extiende a la articulación femoropatelar.

Hallazgos Radiológicos de Artrosis
Articulaciones diartrodiales
Formación de osteofitos
Disminución del espacio articular
Esclerosis del hueso subcondral
Formación de quistes óseos
Alteración en el contorno óseo
Calcificaciones periarticulares
Edema de partes blandas
Columna
Osteofitos anteriores y laterales (espondilosis)
Disminución del espacio del disco
Cambios en las articulaciones facetarias (diartrodiales) y en las estructuras óseas del arco neural posterior (espondilolisis)
Subluxación (espondilolistesis)
Calcificaciones ligamentosas (en la hiperostosis esquelética idiopática difusa)

EVOLUCIÓN

Se sabe muy poco de la evolución natural de la artrosis. En general la enfermedad evoluciona lentamente de modo no lineal y parte del deterioro funcional o de los síntomas pueden deberse al envejecimiento de la persona. También hay mejorías sintomáticas que pueden depender en parte a adaptación a la artrosis y a cambios en las demandas del enfermo. Los cambios en la Radiología no se correlacionan con cambios en los síntomas ni en la función. A largo plazo muchos enfermos se estabilizan y la mejoría sintomática es común. Posibles factores de mal pronóstico son la obesidad y la inestabilidad articular. Si ninguna de estas condiciones está presente se puede entregar a los enfermos un pronóstico relativamente optimista.

FORMAS CLÍNICAS

Según su localización o especial peculiaridad, pueden diferenciarse varios subgrupos dentro de las artrosis:

La artrosi puede localizarse, prácticamente en cualquier articulacion, pero los sitios más frecuentes se muestran en la figura:


Sitios frecuentes de artrosis

TRATAMIENTO

Está dirigido a cubrir cuatro aspectos:

TRATAMIENTO PREVENTIVO.

Las principales guías de práctica clínica consideran que las medidas no farmacológicas deben ser la intervención inicial y constituyen el pilar básico del tratamiento del paciente con artrosis de miembros inferiores.

Va encaminado a:

En primer lugar la educación del paciente. Las enfermedades crónicas requieren que el paciente asuma responsabilidad en su cuidado. Un paciente bien informado sobre su enfermedad, su pronóstico y su tratamiento, estará mejor preparado para enfrentarse a ella y minimizar sus consecuencias. El enfermo debe conocer su enfermedad y saber que a diferencia de la artritis reumatoide no es probable que desarrolle en el futuro una incapacidad importante. Debe saber que hay que proteger la articulación del sobreuso, pero evitar el reposo total. El entrenamiento en normas de protección articular permite a la persona con artrosis conocer los cambios que puede introducir en la forma de realizar algunas actividades y/o cuáles evitar.

Las técnicas de conservación de la energía reducen el cansancio y permiten ahorrar esfuerzo sobre las actividades cotidianas.

En segundo lugar deben aprender el ejercicio terapéutico. La terapia física es muy importante, así deben aprender ejercicios suaves que deben realizar a diario, con el fin de mantener la potencia muscular y un rango de movilidad lo más completo posible de las articulaciones afectadas. En las fases tempranas el dolor se acusa principalmente en los grados extremos de movimiento por lo que el aumento de la amplitud (por el ejercicio o manipulación suave) reduce la sobrecarga capsular. Con esto se consigue aliviar los síntomas y mejorar la función. La mayoría de los enfermos necesita estimulación para mantenerse activos y aprender a alternar períodos cortos de trabajo o actividad con períodos cortos de reposo.

En tercer lugar, se debe reducir el "stress" (la carga) articular lo que puede aliviar y mejorar el pronóstico. Los obesos con artrosis de las articulaciones de las extremidades inferiores deben ser ayudados a bajar de peso. El uso de bastón reduce la carga de la rodilla o cadera contralateral en un 30% a un 60%. Otras medidas son el uso de zapatos con suelas que absorban el shock, corregir un largo de piernas desigual o de deformaciones en angulación (corregir un genu varo). Evitar las actividades que resulten en impacto repetido (algunos deportes, posiciones del trabajo) o las que produzcan dolor prolongado post ejercicio.

TRATAMIENTO SINTOMÁTICO DEL DOLOR.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO.

El tratamiento quirúrgico está indicado cuando el dolor y la función articular no son controlados con medidas conservadoras. La oportunidad de la cirugía y la mejor operación para cada paciente requiere de una cuidadosa evaluación conjunta entre los enfermos y sus médicos.

Hay diversos procedimientos, todos ellos encaminados a suprimir el dolor y mejorar la movilidad de la articulación artrósica

Hay técnicas:

Extraarticulares

Intraarticulares