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Dr. Arturo Mahiques

Ganglión muñeca Un ganglión es una hinchazón o protuberancia benigna que suele aparecer alrededor o en las articulaciones y los tendones de la mano o el pie. Un ganglio se manifiesta como un nódulo subcutáneo flácido. El tamaño puede cambiar en el tiempo y también puede desaparecer por completo.

En la mayoría de los casos (65%) los quistes ganglionares son dolorosos, sobre todo al principio. Pero la intensidad del dolor no está relacionada con el tamaño de los gangliones. Un ganglio en el sistema musculoesquelético es una acumulación esférica de líquido producido a partir de una cápsula articular o vaina del tendón adyacente. Un quiste ganglionar no es un quiste, ya que la acumulación de líquido viscoso claro está contenida en la cavidad, que no está revestida por epitelio.

Anatomía relevante

Los gangliones se localizan con mayor frecuencia en todo el dorso de la muñeca y los dedos. A lo largo del músculo extensor radial corto del carpo es un sitio común de aparición ya que pasa sobre el dorso de la articulación de la muñeca.

El 88% de los quistes se encuentran cerca de la articulación de la muñeca y el 11% cerca del pie y el tobillo. En la muñeca se encuentran sobre todo en el área de escafo-semilunar.

Etiología

Los quistes ganglionares son los tumores de tejido blando más comunes de la mano y la muñeca. El ganglión es una hernia llena de mucina de los tejidos sinoviales que forman las cápsulas articulares o vainas de los tendones debido al fenómeno de la válvula de un solo sentido. El quiste se expande en tamaño y el fluido no puede fluir libremente en la cavidad sinovial.

Suelen aparecer de forma espontánea sin ninguna causa en particular. Afectan tres veces más a mujeres que a hombres. Se relacionan con la artrosis y por tanto se ven con más frecuencia en pacientes de edad avanzada, aunque son más comunes en adultos jóvenes y raros en niños.

La etiología no está clara, pero se han propuesto causas como traumatismo previo, hernia sinovial, alteración interna y degeneración con producción de mucina. La degeneración del tejido conectivo puede deberse a irritación o daño crónico que induce la producción de mucina por fibroblastos o células mesenquimales.

Manifestaciones clínicas

Tumefacción de ganglión Los gangliones son tumores que se presentan junto a las articulaciones o tendones. Los sitios más comunes son la cara dorsal de la muñeca cerca de la articulación escafosemilunar (60–70%), la muñeca volar cerca de la articulación radioescafoidea o pisopiramidal (18–20%), y el retináculo volar entre las poleas A1 y A2 (10–12%).

El paciente consulta por aparición más o menos aguda de una tumefacción blanda, piel normal no adherida. Suelen ser poco dolorosos y se asocian más frecuentemente a microtraumatismos que a artropatías inflamatorias. A menudo el motivo de consulta es estético.

Aunque suelen ser mínimamente sintomáticos, según la localización pueden causar dolor agudo, sordo, cambio de tamaño, drenaje espontáneo y disfunción del nervio sensorial.

Procedimientos de Diagnóstico

Radiografías simples: normales salvo enfermedad articular asociada. Se obtienen proyecciones anteroposterior y lateral.

Ecografía: útil para confirmar el diagnóstico, guiar la aspiración e inyección. Un quiste simple es bien circunscrito, anecoico, con refuerzo acústico posterior. Ecografía de ganglión

Resonancia magnética: útil en casos con características atípicas o síntomas neurológicos. Tiene sensibilidad del 80% y especificidad del 50%. Muestra señal baja en comparación con músculo.

RMN ganglión

Gangliografía: usa medio de contraste radiopaco para visualizar mejor el tamaño y extensión del quiste.

Punción: revela líquido espeso y gelatinoso.

Exploración

El diagnóstico se basa en la observación clínica de masa subcutánea, tamaño variable, y textura suave como guisante. Suelen ser dolorosos al principio, limitan movimiento y fuerza por presión sobre tendones o nervios.

Diagnóstico diferencial

  • Tenosinovitis: inflamación del tendón y su vaina. Ejemplos: tenosinovitis de Quervain, dedo en gatillo.
  • Lipomas: tumores benignos de grasa en tejido subcutáneo. Pueden extirparse por cirugía o liposucción.
  • Hamartomas: malformaciones benignas por mezcla anormal de tejidos. Considerados errores del desarrollo.
  • Contractura de Dupuytren: flexión fija de los dedos hacia la palma, asociada a proliferación del tejido conectivo.

Tratamiento

Muchos quistes desaparecen espontáneamente (38–58%). Opciones: observación sin intervención, aspiración con aguja e inyección de esteroides, o cirugía.

Aspiración: extracción del contenido con aguja e inyección de esteroide. Éxito limitado a largo plazo, especialmente en quistes de vaina del tendón flexor (60–70%).

Aspiración de ganglión

Cirugía: escisión completa del quiste, pedículo y manguito capsular. Puede requerir férula postoperatoria. Menor tasa de recurrencia que aspiración. Cirugía de ganglión

La rigidez y pérdida de movilidad tras cirugía pueden ser comunes. Tasa de éxito quirúrgico depende de experiencia del cirujano y características del ganglión.

Fisioterapia

La fisioterapia ayuda en casos postquirúrgicos o como tratamiento único. Se enfoca en recuperar el uso normal de la mano, movilidad y reducir tejido cicatricial.

  • Movilización pasiva (PROM): para todas las articulaciones (MCF, IFP, IFD, radiocarpiana, mediocarpiana).
  • Facilitación neuromuscular propioceptiva: mantener el dedo en flexión contra resistencia.
  • Deslizamiento de tendón: flexión/extensión alternadas de muñeca y dedos.
  • Ejercicios de bloqueo: aislamiento articular y movimiento controlado de falanges.
  • Masaje y estiramiento de la cicatriz: para remodelación del colágeno y mejorar tolerancia a cargas.

Con terapia adecuada, la recuperación es más rápida y con menor tasa de recurrencia. La mayoría de pacientes pueden usar la mano funcionalmente a las 2 semanas tras la cirugía.

Conclusión

El ganglión es la lesión de partes blandas más frecuente en la muñeca y la mano, caracterizado por una masa benigna de contenido gelatinoso que puede causar molestias funcionales o estéticas. Su diagnóstico suele ser clínico, complementado con estudios de imagen como la ecografía o la resonancia magnética en casos dudosos.

Aunque muchos gangliones son asintomáticos y pueden resolverse espontáneamente, cuando provocan dolor, limitación funcional o recurrencias, el tratamiento debe individualizarse. Las opciones van desde el manejo conservador (observación, aspiración) hasta la resección quirúrgica, con buenos resultados si se realiza correctamente.

La fisioterapia cumple un rol clave en la recuperación funcional tras la cirugía, ayudando a restaurar la movilidad, fuerza y prevenir adherencias. El pronóstico en general es favorable, aunque existe riesgo de recurrencia, sobre todo si no se elimina completamente la base del quiste.

Un enfoque diagnóstico preciso, un tratamiento adecuado según la sintomatología y una rehabilitación bien dirigida son fundamentales para lograr una recuperación satisfactoria del paciente.