Casi siempre, entre los 2 grupos musculares (radiales y extensor
corto-abductor largo del pulgar) existe una bolsa serosa, lugar donde se
localiza el proceso inflamatorio. Se trataría en este caso de una verdadera
bursitis.
Otras veces, el procesa afecta al tejido celular laxo llamado
paratendón (habría que llamar a este caso tenocelulitis, pero por extensión lo
llamamos tenosinovitis).
La característica anatomopatológica, en ambos casos, es la
secreción de fibrina a este nivel, responsable de la crepitación (semejante a la
de la pleuresía seca) porque los depósitos de fibrina rozan entre sí.
El diagnóstico comienza con una historia
completa.
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Localización del dolor,
-
Cuando comenzó el dolor,
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lo que estaba haciendo cuando comenzó el dolor, y
-
qué movimientos agravan o alivian el dolor.
Examen físico.
Palpación de todo alrededor de la muñeca para determinar los
puntos sensibles.
Inspeccionar si hay inflamación o enrojecimiento en la zona.
Comprobar la fuerza de los músculos alrededor de la muñeca, el
codo y la mano. Pedirle al paciente que haga algunos movimientos
contraresistencia para buscar la provocación de dolor o malestar.
También se puede hacer una prueba de la fuerza de agarre para
determinar si su lesión le ha provocado pérdida de fuerza y de
esta forma obtener una medida de referencia para poder seguir
fácilmente su mejoría con la rehabilitación.
Por lo general, podemos hacer el diagnóstico de síndrome de
intersección sólo de su historia y en el examen físico; la mayoría
de las veces no se requieren pruebas de diagnóstico especiales.
El principal desafío en el diagnóstico de este síndrome se la
distinción de la tenosinovitis de D’Quervain. La tenosinovitis de
D’Quervain es una condición que es muy similar al síndrome de la
intersección.
Ambos síndromes implican inflamación en los tendones de la
muñeca. Sin embargo, el dolor comienza en diferentes lugares. En el
síndrome de la Intersección el dolor se localiza en el punto de
intersección, a unos tres o cuatro centímetros proximalmente a la
articulación de la muñeca, en el antebrazo. La tenosinovitis de
D’Quervain causa dolor a lo largo del borde de la muñeca, más cerca
de la mano.
Localización diferente del dolor en el S. de D'Quervain y de la
intersección
Tratamiento no quirúrgico
No es una lesión que tienda a la cronicidad, sino que cursa
siempre con brotes agudos. No obstante, a aquellos pacientes que han sufrido
varios brotes agudos hay qué aconsejarles un cambio de profesión.
El tratamiento inicial para el síndrome de
intersección tendrá como objetivo disminuir la inflamación y
el dolor en la zona. Basta con aplicar hielo a la muñeca para
disminuir la inflamación y aliviar el dolor. En casos de dolor más
crónico, el calor puede ser más útil. Pueden ser util las corrientes
interfenerenciales, microondas, etc. Los masajes en los pequeños
músculos que rodean el área del dolor o los músculos más grandes del
antebrazo también puede ser útil en esta etapa.
El reposo de la zona es básico en las fases
inciales manteniendo la muñeca en una alineación neutral. En otras
palabras, que la muñeca esté en línea recta con el brazo, sin que se
doble hacia abajo y adentro. Esta posición evita la tensión causada
por el estiramiento de los tendones en esta zona. Esta in
movilización se puede conseguir con el uso de una férula que
inmovilice el pulgar y la muñeca en posición neutra.
Como este síndrome a menudo se desencadena debido a
la actividad repetitiva, es muy importante detener o cambiar
las actividades que están causando esta lesion. Tomar descansos
frecuentes al realizar movimientos repetidos de la mano y el pulgar
también es importante.
Se debe de comprobar el sitio de trabajo y observar
la forma de hacer las tareas diarias. También es importante la
educación sobre la alineación y posiciones adecuadas de
la muñeca. La prevención de problemas en el futuro es una parte tan
importante del tratamiento como deshacerse del dolor
existente.
Una vez se consigue disminuir el dolor y la
inflamación se debe iniciar una rehabilitación encaminada a mejorar
la movilidad y la potencia muscular.
Si la rehabilitación, el repos y los medicamentos
orales no logran controlar los síntomas, es posible proponer inas
infiltraciones de cortisona. La cortisona es un medicamento
antiinflamatorio muy efectivo. Las inyecciones de cortisona por lo
general controlan la inflamación en las primeras etapas del
problema, sin embargo el efecto de la cortisona puede ser solo
temporal, con una duración de varias semanas a meses. Esta periodo
de tiempo sin dolor a menudo permite implementar la rehabilitación
que puede poner fin a la aparición de nuevos episodios de dolor y
lesiones.
Si el tratamiento no quirúrgico es exitoso, se debe
ver una mejoría en cuatro a seis semanas. Puede que tenga que haga
falta seguir usando el cabestrillo para controlar los síntomas. S
debe continuar tratando de hacer las actividades utilizando los
movimientos y la alineación de la muñeca adecuados y limitar las
actividades que requieren movimientos repetitivos de la muñeca y el
pulgar.
Tratamiento quirúrgico
La gran mayoría de los pacientes mejoran y
permanecen asintomáticos con estas medidas conservadoras. En los
casos rebeldes se recurre a tratamiento quirúrgico.
Se hace una incisión longitudinal para acceder a los
extensores radiales del carpo que comienza en la muñeca y acaba más
allá de la zona de la inflamación.
Se realiza una liberación del segundo compartimiento
dorsal mediante la apertura del retináculo. La muñeca se mantiene 10
días inmovilizada con una férula con 10 grados de extensión. Cuando
ésta se retira, el paciente debe comenzar movilización según
tolerancia. Aunque la apertura del retináculo extensor podría
seguirse de una posición en cuerda de arco de los extensores
radiales del carpo ésta es en la práctica una complicación poco
frecuente.